Imaginémonos en Nueva York, año 1942, un hombre juega ajedrez. Para él cada movimiento de una pieza a través del espacio evoca asociaciones abstractas de formas y colores. Se emociona con cada jugada. Este hombre, había abandonado el arte hace tiempo atrás. Es Marcel Duchamp (1887-1968), una de las personalidades artísticas más influyentes y enigmáticas del siglo pasado.
Nacido bajo una atmósfera conservadora pero de cierta comprensión artística. Duchamp aprovechó de manera muy inteligente sus excesivamente estudios de arte. Para desarrollar por contraposición, una profunda actitud iconoclasta, la cual unida a un pensamiento en extremo caustico e incomparablemente original, constituiría la impronta característica de toda su vida.
Luego de navegar por varias corrientes artísticas, Duchamp siente la necesidad de escapar de ellas, entendió que un verdadero recomienzo únicamente puede tener lugar después de una auténtica destrucción del universo artístico instituido. Por aquel tiempo pintó dos de sus famosas obras tituladas “Desnudo bajando una escalera”.
Síntesis exacta de cubismo y futurismo a la vez. En el fondo en esta obra el movimiento es nuestra mirada que se incorpora a la tela. A partir de aquí Duchamp se aleja de los medios externos de la pintura para examinar propiamente su significado, al margen no solo de su representación, de la que ya se había liberado, sino, fundamentalmente de su contenido.

Anarquista, antiartístico, desmitificador y antidogmático, el dadaísmo más que formar un movimiento artístico coherente, intentó a mi entender, manifestar una manera de actuar, fue una generación iracunda, un acto extremo de rebelión surgido en Europa en los años de la Primera Guerra Mundial. Por sobre la obra fue el gesto lo que movió a Dadá, gesto que superó los medios artísticos convencionales para expresarse en todo ámbito social, siempre que ese ademán satírico fuese comprendido como “provocación” contra las “momificadas” tradiciones, la moral, la ley o cualquier normativa u ortodoxia.


Sin duda, la principal contribución de Duchamp y que representa un hito crucial en la historia del arte, fue el desarrollo del concepto y la ejecución de los ready-made.
Los ready-made son objetos producidos en serie que por la simple elección del artista (el cual renuncia por completo a cualquier aporte artístico) son exaltados a la categoría de obras de arte
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"Secador de botellas 1915" |
¿Qué significan estos ready-made?



La poderosa influencia del “espíritu” ready-made, trascendió su tiempo e impulsó la formación de numerosas corrientes artísticas, de entre las que cabe destacar el Arte Cinético, Op Art, Pop-Art, Conceptualismo, Happening, Body Art, Land Art. y Commodity Art. Duchamp había encendido una luz para el desarrollo del arte moderno llamada a no extinguirse siquiera en nuestros tiempos. Como profetizó Apollinaire y parafraseó Herbert Read, “Duchamp estaba destinado a conciliar el arte y el pueblo, el pueblo sin embargo no estaba preparado para la conciliación y creo que dista mucho de estar preparado todavía.
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Victor Vasarely Roy Lichtenstein Jeff Koons |
Su rica experiencia nos enseña a abrir sin cesar paréntesis en nuestra trivial rutina de la vida y lo que es mas importante, olvidar a menudo de cerrarlos.
Tal vez, en algún lugar remoto, la partida de ajedrez aún continúe… quizás Duchamp haya jugado; dama siete alfil, dando jaque mate a un rival imaginario. El rey habrá caído, pero el “juego” aún no habrá terminado.
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