domingo, 4 de septiembre de 2011

Nigel Kennedy, Genio y Figura




No recuerdo exactamente la primera vez que escuché a Nigel Kennedy, pero sin duda quedé impresionado, tanto por su gran talento como por su excentricidad.

Recorramos un poco su 
biografía, Kennedy 
nació en Bringhton, Inglaterra, un 28 de diciembre de 1958, su familia está compuesta por destacados músicos, entre ellos su abuelo Lauri Kennedy, violonchelista británico que tocó en la Orquesta Sinfónica de la BBC, junto a Jascha Heifetz y Arthur Rubinstein. Su madre Escila Stoner fue profesora de piano y tuvo una fuerte influencia en sus primeros años de músico. Desde muy niño destacó como niño prodigio, llamando la atención de Yehudi Menuhin quien pagó sus estudios de violín desde que lo conoció (estudió en la Yehudi Menuhin School inglesa). 
Ya en New York, lo hizo en la Juilliard School. Debutó en escena en 1977 interpretando a Mendelssohn.

Su primera grabación del Violin Concerto de Elgar en 1985 fue un acontecimiento extraordinario, llegando a ser disco de oro (con una venta que superó las 300.000 copias). La revista Gramophone Concerto lo distinguió como mejor álbum del año y también obtuvo el Premio BPI.

Sus grabaciones de los conciertos para violín de Bach y Beethoven vendieron más de 100.000 copias cada uno.


Pero sin duda su grabación de Las Cuatro Estaciones, de Antonio Vivaldi, marcan un antes y después en la escena musical, entró al libro Guinness por ser el disco clásico más vendido de la historia: más de 2.000.000 de CD’s, pero no sólo eso, la forma en que re-interpreta a Vivaldi, otorgándole más dramatismo y “modernizando” a su obra, lo llevaron a ser escuchado por un público joven y no habituado a la música “clásica”. Luego de esto en Inglaterra se sitúa como el primer artista con un disco clásico en el número 2 de las listas pop por 20 años.

Las versiones de Kennedy son 
completamente heterodoxas. Más allá de criterios estilísticos, es su desbordante personalidad la que impone la pauta en sus conciertos, cosechando a veces las críticas de los más puristas. 




Su repertorio se fue ampliando con los años, cada vez, abarcando los más variados estilos desde el pop, rock, jazz hasta música tradicional. Cabe hacer notar su notable participación en grabación del album : Blue note Sessions (2006), con la participación de verdaderas leyendas del jazz como;  Jack DeJohnette, Joe Lovano y Allen JD.


Este músico es reconocido actualmente por sectores menos conservadores de la prensa especializada y el público como uno de los mejores violinistas del mundo, y sin duda es uno de los músicos más importantes con los que la Gran Bretaña ha contado jamás. Su virtuosa técnica, unida a su talento y a su acercamiento al todo tipo de público, ha traído nuevas y frescas perspectivas tanto al repertorio clásico como al contemporáneo.

Kennedy ha demostrado constantemente con sus recitales que la música clásica se puede abordar de muchas maneras distintas. Pero no se queda en la técnica, sino que este violinista interpreta las obras de forma global. No es solo una versión musical la que ofrece: son versiones teatrales y ejemplos de una filosofía de vida. 

Este violinista y violonchelista se presenta vestido como un payaso, con ademanes de clown. 
Interpela al público, baila por el escenario, hace locuras, se baja al patio de butacas, bromea con los músicos, se divierte. Kennedy no se ha limitado a la música clásica y ha buscado nuevos campos grabando un disco en el que adapta música de Jimi Hendrix y también en 2003, seducido por los sonidos del este de Europa, grabó un disco con una banda de músicos polacos The Kroke Band.

Con sus camisas largas, su pelo punki y su pasión por el fútbol y el Aston Villa, es travieso e inquieto, como ya ha demostrado tocando el violín junto a grandes del rock como Jeff Beck o The Who.

Resumiendo, creo que el mayor aporte de Nigel Kennedy, es que con su gran talento y personalidad, ha hecho un "puente" que uno y atrae tanto a los más acérrimos adeptos a la música clásica, como a los fans de todos los otros estilos, juntándolos en un solo concepto “buena música”.


 

 


viernes, 8 de julio de 2011

Juan Egenau o la pasión por la metamorfosis

(Santiago 1927 - 1987)






Tuve la suerte de conocer personalmente a Juan Egenau, cuando lo visitamos en su casa, junto a mi primo Pablo Muller, quien en esa época estaba realizando la tesis sobre su obra. Me queda el recuerdo de una persona afable, sencilla, carismática de carácter introvertido y contemplativo, que plasmó en sus obras un constante cuestionamiento del ser y su relación con la vida y con los otros.
 

Algunos años después, siendo alumno de la UDP, y junto a un grupo de compañeros, que compartíamos los mismos intereses, retomamos el proyecto de publicar la revista Perspectiva, en ella pude publicar un artículo sobre este maestro de la escultura chilena, a continuación les invito a leer este artículo;




 Si se examina la actividad artística de posguerra, no es difícil constatar como el impulso creador proliferó considerablemente. 
De la búsqueda realista a la informalista, del Neodadaísmo al Pop Art y al Neoexpresionismo pasando por el Conceptualismo y varios “ismos” mas, son numerosas las corrientes que existen simultanea o sucesivamente. 

Sin embargo, independientemente de la diversidad de propuestas estéticas, se podría decir que en más de un aspecto, hay una “tendencia” dentro de las tendencias, la cual no es diferenciable por un modelo formal en particular, aunque en ella confluyen inquietudes, intereses y necesidades comunes. Más bien, como lo expresa Mario de Micheli: “Es una tendencia que va mas allá de las poéticas programáticas para alcanzar su fuerza en la condición del hombre de la actualidad, en las interrogantes que éste se plantea respecto de sus relaciones con el mundo de hoy, donde una serie de fenómenos de heterogénea naturaleza – culturales y tecnológicos – fijan o intentan fijar su comportamiento y sus elecciones.”
 
Dentro del ámbito de la escultura chilena, esta problemática fue asumida por algunos artistas nacidos alrededor de la segunda década del siglo pasado. Entre ellos sobresale la figura de Juan Egenau Moore.  Puede decirse que toda su obra es un constante y paciente proceso de experimentación en los principios constitutivos de la escultura, desde la perspectiva de un fiel testigo de su tiempo.


Para acercarnos a las creaciones de Egenau, para situarnos ante ellas, podríamos tomar como advertencia las primeras líneas de la Metamorfosis de Ovidio: Mi propósito es hacer el recuento de los cuerpos que han sido convertidos en otro tipo de formas.
Torso

Alusivamente en sus esculturas surge la obsesión metamorfósica – entre cuerpo y alma – como una necesidad impetuosa, incitando al artista a apartarse prontamente de lo conocido, en la búsqueda de otra realidad, donde seres hieráticos viven secretas emociones.

Se podría conjeturar que hay en la escultura de Egenau dos fuerzas de acción principalmente dominando el desarrollo de su lenguaje. Ellas son la fuerza “vital” y la “mítica-intuitiva”. De la fuente vital procede todo cuanto representa la palabra “concreción” de Jean Arp; coherencia (cohesión) formal, la realización de una masa integral en un espacio real, ritmo dinámico. De la fuente mítico-intuitiva nace la arquetípica y sugestiva vida de sus efigies, el uso de símbolos y la idea fundamentada en el ídolo moderno: la maquina:

Ancestro Tecnológico

De tal manera vemos a figuras aprisionadas, desnudos acorazados, herméticos y sensuales torsos femeninos envueltos en blindajes que los oprimen como queriendo penetrar la carne, buscado quizás que la piel se transforme en metal. 

M32
M2
A semejanza de una transmutación de la debilidad física, a la fuerza de un material resistente, poderoso. 
Así también en estas estructuras energéticas se aprecia el ansia de proteger y cautelar al hombre, contra la continua e irracional hostilidad y violencia de sus actos.
Como el mismo Egenau lo enuncia, ellos son:


    
Seres que nunca sufrieron la precaria e
indefensa situación, que amaga la total
desnudez del recién nacido.

Seres inabordables, indiferentes, no
comprometidos con las humanas
demencias, que instrumentan sus
posteriores trastornos y desvaríos.

Seres que resguardan su quimérico
contenido en la implacable
inexpugnabilidad de mecánicos artificios
y sutiles tecnologías.



M3


M1

M4


Siguiendo una línea evolutiva, el artista deriva a morfologías mas abstractas, donde la forma ha perdido parcialmente los signos que permiten identificarla con realidades concretas. 

Organo Objeto III
Pero subterráneamente ocultos en estos Organobjetos, bajo sus desnudas, diestramente pulidas superficies, un intenso sentimiento agita la materia, se consustancia con ella, mientras en el frío aspecto exterior, raros engranajes de rigurosas geometrías, parecen poseer una enigmática revelación que todavía no debe ser enunciada.

En sus últimas composiciones, plenas de madurez artística, asistimos a la ocupación del siempre misterioso bloque cerrado como esquema de construcción. Los Artefactos salidos de su fragua, presentan además el interesante empleo del color negro, abandonando así la brillantez característica de las obras anteriores, pero conservando aún claramente la imagen mecanicista. 



Artefacto VIII
El color negro generalmente asociado a la muerte, podría significar e Egenau, el deseo de sublimar en el arte, cualquier sentimiento o estado angustioso o abrumador del hombre. Vivo de mi muerte – escribió Miguel Ángel Y aquel que no sabe cómo vivir de la ansiedad y la muerte, que caiga en el fuego en que yo me consumo
El silencio y la solemnidad no están ausentes en estas masas intactas, que sin esfuerzo penetran el espacio y lo devoran, que no necesitan de él para afirmar su existencia, pues crean en torno a sí un nuevo espacio. Un espacio más libre, donde el hombre pueda empezar a reflexionar.


 Siempre fiel testigo de su tiempo dijo sobre el mundo:
Hay un clima de amenaza y agresión que nos obliga a ser cautelosos. Veo un irracional comportamiento ético y moral del ser humano, una continua hostilidad, falsos símbolos y valores que orientan su destino, veo torcidas invocaciones que buscan justificar la alienación y violencia de sus actos. Ello genera en mi un sentimiento de rechazo. 


La obra de Juan Egenau representa sin duda uno de los aportes más importantes hechos a la plástica chilena durante el siglo pasado. Su estilo lleno de originalidad y calidad lo hizo conocido y admirado internacionalmente. Su arte invoca al porvenir el cual presenta y presiente, lo que tal vez será nuestra futura situación en este lugar sin reposo que es el Universo.

Puerta edificio UNCTAD III (detalle) 1972

domingo, 15 de mayo de 2011

BACH: ETERNO

(Eisenach 21.03.1685, Leipzig 28.07.1750)


No sé exactamente cuando escuché por primera vez a Bach, probablemente muy niño, junto a mi querido tío Waldo, un melómano consumado, quien había acondicionado acústicamente, una habitación de su departamento para  escuchar tranquila y profundamente la música que él tanto amaba. Luego pasarían años antes de reencontrarlo, ya de joven con mi primo y escultor Pablo, solíamos tener largas sesiones musicales escuchando con discos de vinilo a Bach,  lo entretenido era que además la escuchamos junto a los más variados géneros de la música “popular”.



¿Quién es Bach para mi? 

Uno de los más grandes maestros de la Humanidad; uno de aquellos seres que no pueden ser superados, porque en él se encarnan por decirlo así, el sentimiento y el saber musical de toda un época, y “al cual – según la feliz frase de Schumann – la música debe casi como una religión a su fundador”. Además la personalidad artística de Bach, adquiere una importancia trascendental porque en ella los estilos de dos épocas distintas han alcanzado a la vez su más alta florescencia y, cual enorme efigie se eleva entre ambas como un coloso. 


Porque Bach pertenece con igual derecho al anterior período de la música polifónica, de estilo imitativo y contrapuntístico, que al subsiguiente de la música armónica. Su existencia tiene lugar en un periodo de transición, es decir en un tiempo en que mientras el antiguo estilo imitativo subsiste todavía, el nuevo se halla tan solo en sus albores y muestra aún las huellas de lo imperfecto. El genio de Bach logro aliar y fundir de tal manera las particularidades de ambos estilos que su obra subsistirá eternamente como una forma ideal, un canon ejemplar para el arte musical de todos los tiempos. 

La música de Bach no ha envejecido aún; a lo sumo podría decirse que algunos de sus accesorios externos, ciertas cadencias, ornamentos, etc., eran fruto de su época y nos recuerdan el pasado. En cambio su invención melódica es tan original e inagotable, su rítmica de una variedad y una vida tan intensas, su armonía tan selecta, tan audaz y con todo tan clara y diáfana, que sus obras no sólo son objeto de la admiración, sino también del  mas fervoroso estudio y la emulación de los músicos de nuestros días y lo serán sin duda, en lo futuro por espacio de muchas generaciones. 


La producción musical de Bach, es inmensa, dentro de las más destacadas podemos mencionar en primer término sus “Cantatas religiosas”, de las cuales escribió cinco ciclos completos para todos los domingos y festividades solemnes (59) por año, que sumaban cerca de 300 cantatas, pero por desgracia para el arte, se han perdido más de un centenar. Asimismo de las 5 Pasiones que compuso no se conservan más que 2. A estas obras de grandes dimensiones se junta la incomparable Misa en si menor, que con otras 4 Misas breves es todo lo que resta de lo mucho que escribió para la iglesia católica de Corte de Dresde (la Corte era católica en un país protestante). 
 
Añádase el gran Magnificat, 3 Oratorios y un gran número de Lieder espirituales que completan la copiosa creación de Bach en la música vocal sagrada.

En sus composiciones instrumentales,  también encontramos a un Bach muy fecundo,  preludios, fugas, fantasías, tocatas, partitas, “suites”, conciertos, sonatas,  cánones, oberturas, etc. para un amplísima gama de instrumentos (prácticamente todos los de la orquesta). Tanto en la música vocal como la instrumental, es Bach el legítimo heredero del tesoro artístico de los siglos pasados, para perfeccionarlo abarcándolo todo y espiritualizando con la más clara inteligencia todas las funciones armónicas que en formas mayores o menores emanaban del período de la polifonía; sobre todo en la forma de fugas llevada por él a la última perfección. 


Destaquemos especialmente a las grandes Fugas para órgano, como también las contenidas en “El Clavecín bien temperado” (48 preludios y 48 fugas en 2 partes, cada una de las cuales contiene un preludio y una fuga en todos los tonos mayores y menores) monumento imperecedero debe constituir el vademécum de todo pianista, y en “El Arte de la Fuga” (15 fugas y 4 cánones sobre un tema único). Igualmente único es Bach en sus 6 grandes Suites, para violoncelo solo y en sus 3 sonatas y 3 partitas para violín.




Variaciones Goldberg

Mención especial merecen las famosísimas “Variaciones Goldberg”. Bach terminó de componerlas en 1742, cuando ocupaba el puesto de Kan­tor en la ciudad de Leip­zig. Según relata su bió­grafo Johann  For­kel (biografía publicada en 1802), las varia­cio­nes fue­ron encar­ga­das a Bach desde Dresde por el insomne conde Her­mann Carl von Key­ser­lingk para que el cla­vi­cor­dista de su corte, Johann Gottlieb Gold­berg, le complaciera con su música durante las noches. Según este relato, el conde recom­pensó muy generosamente con una copa de oro que con­te­nía un cen­te­nar de “luises de oro”, prácticamente el sueldo de un año de la época de Bach.

¿Por qué es tan importante esta pieza...? 
No solamente muestra la madurez artística que había alcanzado Bach, sino que para muchos,  se trata de música pura, sin pro­pó­sito narra­tivo alguno, pero que sin embargo encie­rra en sus incontables jue­gos de opo­si­cio­nes la vida entera: la luz y las sombras, la vida y la muerte, el amor, la sole­dad, la nostalgia y sobre todo, el sueño y la razón, el arte como pro­pó­sito de una vida y al igual que ella cambiante y a la vez cíclica. Por lo cual, seguramente sea una pieza única, ya sea en las manos de Claudio Arrau, Glenn Gould o de Keith Jarret es también todas y cada una de las veces que se escu­cha igual y diferente. Frente a las monu­men­ta­les obras cum­bres del barroco: La Pasión según San Mateo y El Mesías de Heandel nos encon­tra­mos ante una obra que aún escrita para un ins­tru­mento de salón con­tiene una música que asom­bra. Aún hoy des­lum­bra, y posi­ble­mente lo siga haciendo por muchos años en el futuro, como nuestro eterno BACH.


Los primeros ocho compases del aria.








Fuentes:
Diccionario de la Música - Ed. Labor - 1954
http://es.wikipedia.org/wiki/Johann_Sebastian_Bach
http://www.redondomartin.com



domingo, 24 de abril de 2011

El ARTE EN LA BUSQUEDA DE SI MISMO

Imaginémonos en Nueva York, año 1942, un hombre juega ajedrez. Para él cada movimiento de una pieza a través del espacio evoca asociaciones abstractas de formas y colores. Se emociona con cada jugada. Este hombre, había abandonado el arte hace tiempo atrás. Es Marcel Duchamp (1887-1968), una de las personalidades artísticas más influyentes y enigmáticas del siglo pasado.

Nacido bajo una atmósfera conservadora pero de cierta comprensión artística. Duchamp aprovechó de manera muy inteligente sus excesivamente estudios de arte.  Para desarrollar por contraposición, una profunda actitud iconoclasta, la cual unida a un pensamiento en extremo caustico e incomparablemente original, constituiría la impronta característica de toda su vida.

Luego de navegar por varias corrientes artísticas, Duchamp siente la necesidad de escapar de ellas, entendió que un verdadero recomienzo únicamente puede tener lugar después de una auténtica destrucción del universo artístico instituido. Por aquel tiempo pintó dos de sus famosas obras tituladas “Desnudo bajando una escalera”.
Síntesis exacta de cubismo y futurismo a la vez. En el fondo en esta obra el movimiento es nuestra mirada que se incorpora a la tela. A partir de aquí Duchamp se aleja de los medios externos de la pintura para examinar propiamente su significado, al margen no solo de su representación, de la que ya se había liberado, sino, fundamentalmente de su contenido. 

En su constante evolución experimentó primero con los ready-made (objetos prefabricados) para luego tender cada vez más hacia instalaciones de vidrio, metal y madera. Con estas realizaciones pienso que buscaba aproximarse a la realidad del objeto creado con su intrínseca realidad plástica. Cuando hubo logrado este fin Duchamp como Rimbaud, se retiró con absoluta indiferencia a una inacción casi total. Había llegado a un punto en el cual la obra de arte ya no podía ser juzgada como un “producto estético”, sino a modo de creación libre.
 
  Anarquista, antiartístico, desmitificador y antidogmático, el dadaísmo más que formar un movimiento artístico coherente, intentó a mi entender, manifestar una manera de actuar, fue una generación iracunda, un acto extremo de rebelión surgido en Europa en los años de la Primera Guerra Mundial. Por sobre la obra fue el gesto lo que movió a Dadá, gesto que superó los medios artísticos convencionales para expresarse en todo ámbito social, siempre que ese ademán satírico fuese comprendido como “provocación” contra las “momificadas” tradiciones, la moral, la ley o cualquier normativa u ortodoxia.
 

Duchamp que con antelación a la gestación de Dadá, ya reflexionaba sobre el significado último del quehacer estético, pudo canalizar sus ideas, con la creación de obras y la organización de acciones de arte dadaístas. Ahora si bien activa y en parte conceptualmente, Duchamp participó en Dadá, no creo que podamos decir que perteneció a él, es conocerlo mal. 
El dadaísmo quiso hacer tabula rasa de toda la historia del arte sin proponer nada para reemplazarlo, en cambio Duchamp advirtió con prelación que la destrucción de las nociones clásicas de arte es solo la primera fase de un proceso más complejo y que la recreación de un nuevo Universo estético debe seguir necesariamente.

Sin duda, la principal contribución de Duchamp y que representa un hito crucial en la historia del arte, fue el desarrollo del concepto y la ejecución de los ready-made.

Los ready-made son objetos producidos en serie que por la simple elección del artista (el cual renuncia por completo a cualquier aporte artístico) son exaltados a la categoría de obras de arte


"Secador de botellas 1915"


 ¿Qué significan estos ready-made?

   Antes que nada son una provocación. No se quiere exhibir trabajos artísticos serios, sino una invitación a cuestionar la esencia misma del arte, pero desde la perspectiva de lúdica de Marcel Duchamp. O sea son un llamado a romper con las estrictas y solemnes estéticas del pasado, aceptar el desafío despreocupado de desligarse de todo prejuicio, de todo lo que limita, de todo lo que agobia y de todo lo que importa. Al entrar en este “juego” sin reglas se advierte de improviso la débil frontera que separa a la obra de otros objetos sin valor estético, de hecho Duchamp trata de eliminarla al incorporar objetos pre-fabricados que cumplen una función práctica (ready made), en un mundo donde estamos acostumbrados a  contemplar exclusivamente “obras de arte”.


                Como aquel emperador de la China que enviaba artistas de su corte a regiones muy lejanas a buscar piedras de formar raras y fantásticas, que él hacía colocar en un pedestal junto a las obras mas preciadas de sus colecciones. Duchamp nos sugiere que sus ready-made  también son arte. Entonces el artista no realiza una obra, realiza un acto, un acto puro que sólo se puede considerar en sí mismo. En este paradigmático acto de elección, eleva a calidad artística cualquier objeto que sea presentado como tal (lo cual se constituye de inmediato en una nueva definición de arte, que obliga a la revisión absoluta del comportamiento del creador con respecto al “objeto creado”).

                Además hace evidente que muchas de las cosas que estimamos como arte, no es debido al proceso creativo del cual han nacido, sino a causa simplemente de una disposición especial en nuestras relaciones con la realidad, a una actitud que nos fuerza a ver de modo distinto el “hecho estético” del resto de las cosas.

                La poderosa influencia del “espíritu”  ready-made, trascendió su tiempo e impulsó la formación de numerosas corrientes artísticas, de entre las que cabe destacar el Arte Cinético, Op Art, Pop-Art, Conceptualismo, Happening, Body Art, Land Art. y Commodity Art. Duchamp había encendido una luz para el desarrollo del arte moderno llamada a no extinguirse siquiera en nuestros tiempos. Como profetizó Apollinaire y parafraseó Herbert Read, “Duchamp estaba destinado a conciliar el arte y el pueblo, el pueblo sin embargo no estaba preparado para la conciliación y creo que dista mucho de estar preparado todavía.

Victor Vasarely         Roy Lichtenstein         Jeff Koons     

                  Su rica experiencia nos enseña a abrir sin cesar paréntesis en nuestra trivial rutina de la vida y lo que es mas importante, olvidar a menudo de cerrarlos.

                Tal vez, en algún lugar remoto, la partida de ajedrez aún continúe… quizás Duchamp haya jugado; dama siete alfil, dando jaque mate a un rival imaginario. El rey habrá caído, pero el “juego” aún no habrá terminado.
 

domingo, 20 de marzo de 2011

ALTAZOR

“Poeta, he ahí tu paracaídas, maravilloso como el imán del abismo”.


      Este es el designio del poeta que caerá angustiosamente sobre mundo, lo sostiene solo un simbólico paracaídas como escudo ante las adversidades que encontrará. 

      En este fantástico poema de Vicente Huidobro, crea y recrea las cosas que nombra, las palabras ya no significan lo mismo, en lo absoluto, entran en un Universo paralelo donde se conviven con imágenes oníricas y personajes que parecen sacados de algún cuento.

      Huidobro nos sumerge en su Universo mágico, donde todo lo que parece ser no lo es, aquí está toda una fauna surgida del subconsciente convertido en Dios que camina entre los versos.

      Esta es sin duda  la creación de la creación. Es ese traje de la Vanguardia que pierde toda desconfianza y niega la distancia entre la vida y lo escrito, entre la vida y la literatura. El poeta debe crear conexiones vitales, ya no de palabras sino de su propia carne.

Altazor, un prefacio y siete cantos. 


PREFACIO

Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio, bajo las hortensias y los aeroplanos del calor.
Tenía yo un profundo mirar de pichón, de túnel y de automóvil sentimental. Lanzaba suspiros de acróbata.
Mi padre era ciego y sus manos eran más admirables que la noche.
Amo la noche, sombrero de todos los días.
La noche, la noche del día, del día al día siguiente.
Mi madre hablaba como la aurora y como los dirigibles que van a caer. Tenía cabellos color de bandera y ojos llenos de navíos lejanos.
Una tarde cogí mi paracaídas y dije: "Entre una estrella y dos golondrinas". He aquí la muerte que se acerca como la tierra al globo que cae.
Mi madre bordaba lágrimas desiertas en los primeros arco iris.
Y ahora mi paracaídas cae de sueño en sueño por los espacios de la muerte.
El primer día encontré un pájaro desconocido que me dijo:
"Si yo fuese dromedario no tendría sed. ¿Qué hora es?". Bebió las gotas de rocío de mis cabellos, me lanzó tres miradas y media y se alejó diciendo: "Adiós" con su pañuelo soberbio.
Hacia las dos de aquel día encontré un precioso aeroplano, lleno de escamas y caracoles. Buscaba un rincón del cielo donde guarecerse de la lluvia.
Allá lejos, todos los barcos anclados, en la tinta de la aurora. De pronto comenzaron a desprenderse, uno a uno, arrastrando 
como pabellón jirones de aurora incontestable.


Junto con marcharse los últimos, la aurora desapareció tras algunas olas desmesuradamente infladas.
Entonces oí hablar al Creador, sin nombre, que es un simple hueco en el vacío, hermoso como un ombligo.
"Hice un gran ruido y este ruido formó el océano y las olas del océano.
"Este ruido irá siempre pegado a las olas del mar y las olas del mar irán siempre pegadas a él, como los sellos en las tarjetas postales.
"Después tejí un largo bramante de rayos luminosos para coser los días uno a uno; los días que tienen un oriente legítimo o reconstituido, pero indiscutible.
"Después tracé la geografía de la tierra y las líneas de la mano.
"Después bebí un poco de cognac (a causa de la hidrografía).
"Después creé la boca y los labios de la boca, para aprisionar las sonrisas equívocas y los dientes de la boca para vigilar las groserías que nos vienen a la boca.
 
"Creé la lengua de la boca que los hombres desviaron de su rol, haciéndola aprender a hablar... a ella, ella, la bella nadadora, desviada para siempre de su rol acuático y puramente acariciador".
Mi paracaídas empezó a caer vertiginosamente. Tal es la fuerza de atracción de la muerte y del sepulcro abierto.
Podéis creerlo, la tumba tiene más poder que los ojos de la amada. La tumba abierta con todos sus imanes. Y esto te lo digo a ti, a ti que cuando sonríes haces pensar en el comienzo del mundo.
Mi paracaídas se enredó en una estrella apagada que seguía su órbita concienzudamente, como si ignorara la inutilidad de sus esfuerzos.

Y aprovechando este reposo bien ganado, comencé a llenar con profundos pensamientos las casillas de mi tablero:
"Los verdaderos poemas son incendios. La poesía se propaga por todas partes, iluminando sus consumaciones con estremecimientos de placer o de agonía.
"Se debe escribir en una lengua que no sea materna.
"Los cuatro puntos cardinales son tres: el Sur y el Norte.
"Un poema es una cosa que será.
"Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser.
"Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser.
"Huye del sublime externo, si no quieres morir aplastado por el viento.
"Si yo no hiciera al menos una locura por año, me volvería loco".
 
Tomo mi paracaídas, y del borde de mi estrella en marcha, me lanzo a la atmósfera del último suspiro.
Ruedo interminablemente sobre las rocas de los sueños, ruedo entre las nubes de la muerte.
Encuentro a la Virgen sentada en una rosa y me dice:
"Mira mis manos: son transparentes como las bombillas eléctricas. ¿Ves los filamentos de donde corre la sangre de mi luz intacta?
"Mira mi aureola. Tiene algunas saltaduras, lo que prueba mi ancianidad.
"Soy la Virgen, la Virgen sin mancha de tinta humana, la única que no lo sea a medias y soy la capitana de las otras once mil que estaban en verdad demasiado restauradas.
"Hablo una lengua que llena los corazones según la ley de las nubes comunicantes.
"Digo siempre adiós, y me quedo.
"Ámame, hijo mío, pues adoro tu poesía y te enseñaré proezas aéreas.
"Tengo tanta necesidad de ternura, besa mis cabellos, los he lavado esta mañana en las nubes del alba y ahora quiero dormirme sobre el colchón de la neblina intermitente.
"Mis miradas son un alambre en el horizonte para el descanso de las golondrinas.
"Ámame".
Me puse de rodillas en el espacio circular y la Virgen se elevó y vino a sentarse en mi paracaídas.
Me dormí y recité entonces mis más hermosos poemas.
Las llamas de mi poesía secaron los cabellos de la Virgen, que me dijo gracias y se alejó, sentada sobre su rosa blanda.
Y heme aquí solo, como el pequeño huérfano de los naufragios anónimos.
Ah, qué hermoso... qué hermoso.
Veo las montañas, los ríos, las selvas, el mar, los barcos, las flores y los caracoles.

Veo la noche y el día y el eje en que se juntan.
Ah, ah, soy Altazor, el gran poeta, sin caballo que coma alpiste, ni caliente su garganta con claro de luna, sino con mi pequeño paracaídas como un quitasol sobre los planetas.
De cada gota del sudor de mi frente hice nacer astros, que os dejo la tarea de bautizar como a botellas de vino.
Lo veo todo, tengo mi cerebro forjado en lenguas de profeta.
La montaña es el suspiro de Dios, ascendiendo en termómetro hinchado hasta tocar los pies de la amada.
Aquel que todo lo ha visto, que conoce todos los secretos sin ser Walt Whitman, pues jamás he tenido una barba blanca como las bellas enfermeras y los arroyos helados.
Aquel que oye durante la noche los martillos de los monederos falsos, que son solamente astrónomos activos.


Aquel que bebe del vaso caliente de la sabiduría después del diluvio obedeciendo a las palomas y que conoce la ruta de la fatiga, la estela hirviente que dejan los barcos.
Aquel que conoce los almacenes de recuerdos y de bellas estaciones olvidadas.
Él, el pastor de aeroplanos, el conductor de las noches extraviadas y de los ponientes amaestrados hacia los polos únicos.
Su queja es semejante a una red parpadeante de aerolitos sin testigo.
El día se levanta en su corazón y él baja los párpados para hacer la noche del reposo agrícola.
Lava sus manos en la mirada de Dios, y peina su cabellera como la luz y la cosecha de esas flacas espigas de la lluvia satisfecha.
Los gritos se alejan como un rebaño sobre las lomas cuando las estrellas duermen después de una noche de trabajo continuo.
El hermoso cazador frente al bebedero celeste para los pájaros sin corazón.
Sé triste tal cual las gacelas ante el infinito y los meteoros, tal cual los desiertos sin mirajes.
Hasta la llegada de una boca hinchada de besos para la vendimia del destierro.
Sé triste, pues ella te espera en un rincón de este año que pasa.
Está quizá al extremo de tu canción próxima y será bella como la cascada en libertad y rica como la línea ecuatorial.
Sé triste, más triste que la rosa, la bella jaula de nuestras miradas y de las abejas sin experiencia.
La vida es un viaje en paracaídas y no lo que tú quieres creer.
Vamos cayendo, cayendo de nuestro zenit a nuestro nadir y dejamos el aire manchado de sangre para que se envenenen los que vengan mañana a respirarlo.
Adentro de ti mismo, fuera de ti mismo, caerás del zenit al nadir porque ese es tu destino, tu miserable destino. Y mientras de más alto caigas, más alto será el rebote, más larga tu duración en la memoria de la piedra.
Hemos saltado del vientre de nuestra madre o del borde de una estrella y vamos cayendo.
 

Ah, mi paracaídas, la única rosa perfumada de la atmósfera, la rosa de la muerte, despeñada entre los astros de la muerte.
¿Habéis oído? Ese es el ruido siniestro de los pechos cerrados.
Abre la puerta de tu alma y sal a respirar al lado afuera. Puedes abrir con un suspiro la puerta que haya cerrado el huracán.
Hombre, he ahí tu paracaídas maravilloso como el vértigo.
Poeta, he ahí tu paracaídas, maravilloso como el imán del abismo.
Mago, he ahí tu paracaídas que una palabra tuya puede convertir en un parasubidas maravilloso como el relámpago que quisiera cegar al creador.

¿Qué esperas?
Más he ahí el secreto del Tenebroso que olvidó sonreír.
Y el paracaídas aguarda amarrado a la puerta como el caballo de la fuga interminable.