No recuerdo exactamente la primera vez que escuché a Nigel
Kennedy, pero sin duda quedé impresionado, tanto por su gran talento como por
su excentricidad.

biografía, Kennedy
nació en Bringhton, Inglaterra, un 28 de diciembre de 1958, su familia está compuesta por destacados músicos, entre ellos su abuelo Lauri Kennedy, violonchelista británico que tocó en la Orquesta Sinfónica de la BBC, junto a Jascha Heifetz y Arthur Rubinstein. Su madre Escila Stoner fue profesora de piano y tuvo una fuerte influencia en sus primeros años de músico. Desde muy niño destacó como niño prodigio, llamando la atención de Yehudi Menuhin quien pagó sus estudios de violín desde que lo conoció (estudió en la Yehudi Menuhin School inglesa).
Ya en New York, lo hizo en la Juilliard School. Debutó en escena en
1977 interpretando a Mendelssohn.
Su primera grabación del Violin Concerto de
Elgar en 1985 fue un acontecimiento extraordinario, llegando a ser disco de oro
(con una venta que superó las 300.000 copias). La revista Gramophone Concerto
lo distinguió como mejor álbum del año y también obtuvo el Premio BPI.
Sus grabaciones de los conciertos para violín de Bach y
Beethoven vendieron más de 100.000 copias cada uno.
Pero sin duda su grabación
de Las Cuatro Estaciones, de Antonio Vivaldi, marcan un antes y después en la
escena musical, entró al libro Guinness por ser el disco clásico más vendido de
la historia: más de 2.000.000 de CD’s, pero no sólo eso, la forma en que
re-interpreta a Vivaldi, otorgándole más dramatismo y “modernizando” a su obra,
lo llevaron a ser escuchado por un público joven y no habituado a la música “clásica”.
Luego de esto en Inglaterra se sitúa como el primer artista con un disco
clásico en el número 2 de las listas pop por 20 años.

completamente heterodoxas. Más allá de criterios estilísticos, es su desbordante personalidad la que impone la pauta en sus conciertos, cosechando a veces las críticas de los más puristas.
Su repertorio se fue ampliando con los años, cada vez, abarcando los más
variados estilos desde el pop, rock, jazz hasta música tradicional. Cabe hacer notar su notable participación en grabación del album : Blue note Sessions (2006), con la participación de verdaderas leyendas del jazz como; Jack DeJohnette, Joe Lovano y Allen JD.
Este músico es reconocido actualmente por sectores
menos conservadores de la prensa especializada y el público como uno de los
mejores violinistas del mundo, y sin duda es uno de los músicos más importantes
con los que la Gran Bretaña ha contado jamás. Su virtuosa técnica, unida a su
talento y a su acercamiento al todo tipo de público, ha traído nuevas y frescas
perspectivas tanto al repertorio clásico como al contemporáneo.
Kennedy ha demostrado constantemente con sus recitales
que la música clásica se puede abordar de muchas maneras distintas. Pero no se
queda en la técnica, sino que este violinista interpreta las obras de forma
global. No es solo una versión musical la que ofrece: son versiones teatrales y
ejemplos de una filosofía de vida.
Este violinista y violonchelista se presenta vestido como un payaso,
con ademanes de clown.
Interpela al público, baila por el escenario, hace
locuras, se baja al patio de butacas, bromea con los músicos, se
divierte. Kennedy no se ha limitado a la música clásica y ha buscado
nuevos campos grabando un disco en el que adapta música de Jimi Hendrix y
también en 2003, seducido por los sonidos del este de Europa, grabó un disco
con una banda de músicos polacos The Kroke Band.

Resumiendo, creo que el mayor aporte de Nigel Kennedy, es que con su gran talento
y personalidad, ha hecho un "puente" que uno y atrae tanto a los más
acérrimos adeptos a la música clásica, como a los fans de todos los otros
estilos, juntándolos en un solo concepto “buena música”.